TÍTULO ORIGINAL: Les adieux à la reine OTROS TÍTULOS: Farewell, My Queen AÑO: 2012 DURACIÓN: 100 min GÉNERO: Drama, Historia, Romance PAÍS: Francia DIRECTOR: Benoît Jacquot ESTRELLAS: Léa Seydoux, Diane Kruger, Virginie Ledoyen, Noémie Lvovsky, Xavier Beauvois, Michel Robin, Julie-Marie Parmentier Una de las banderas que puede representar al gran director Benoît Jacquot es “Adiós a la Reina”, estrenada en el año 2012 y ambientada en 1789. La película nos describe la situación de las personas que viven en la Corte de Versalles en vísperas de la Revolución Francesa y, en especial, de Sidone Laborde (Léa Seydoux- la nueva chica bond), una lectora de la Corte cuya actitud de servicio por María Antonieta (la Reina) es casi un sentimiento de amor y devoción. María Antonieta (Diane Kruger), desentendida de la situación caótica que por entonces atravesaba Paris, es una muestra de la vida tranquila e irreverente de una reina de la monarquía francesa en la que los bailes, los vestidos, la lectura, las visitas, los protocolos y, sobre todo, sus caprichos son las notas características que lo enmarcan todo. Encanto y esplendor que se rompen cuando la reina se entera del asalto a la Bastilla. En ese inesperado momento el miedo, el pavor y la desesperación la envuelven y, junto a ella, a todo cuanto le rodea. Una fina trama donde Diana Kruger, Léa Seydoux y Virginie Ledoyen sobresalen, no solo por su belleza, sino también por las actuaciones interpretando un trío amoroso y los celos sospechosos que caminan en los cuatro días y las tres noches en los que se desenvuelve la película. Es incluso el mismo poster de la película el que nos representa el gusto que más allá de lo formal se teje entre estas bellísimas actrices con sus grandes peinados y vestidos. Lo dice bien su director Benoît Jacquot: “No quise hacer de María Antonieta una tienda de antigüedades” y lo consiguió. Estamos ante una María Antonieta bien diferente a aquella de la versión protagonizada por Kirsten Dunst y estrenada en el 2006 bajo la dirección de Sofia Coppola. Afirma Benoît que su versión y la de la Coppola son complementarias y que están en la misma sintonía. Que juzguen los espectadores si es cierta esta afirmación o si es, apenas, una amable cortesía. Más allá de todo, la lengua francesa juega un papel importante en la producción, ya que le da ese toque romántico, cautivador y misterioso a una escenografía cuidadosamente diseñada y adaptada que nos sumerge en los detalles más relevantes e irrelevantes de la época de los días anteriores al gran estallido de la Revolución Francesa. Una puesta en escena que nos transporta de lleno a los más íntimos deseos de María Antonieta. Estamos sin duda ante una buena adaptación de la obra literaria.
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