Un día lluvioso en Nueva YorkNicolás Tirado8.5LO MEJORLa absurdez de los personajesBuenos tiros de comedia finaLO MALOSelena GomezDemasiado lejos con las casualidades en la vida de los personajes principales2019-11-278.5BuenaTÍTULO ORIGINAL: A rainy day in New York AÑO: 2019 DURACIÓN: 1h 32min GÉNERO: Comedia, Romance PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: Woody Allen ESTRELLAS: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers A Rainy Day in New York, la última obra de Woody Allen, es presa de la crítica especializada que no la baja de mediocre. Ahora, a mi me gustó. ¿Qué es entonces lo que le genera agriera a esos señores especializados? A mi modo de ver, y sin querer que esta reseña se convierta en una crítica de la crítica, lo que ocurre con este director y los expertos es un poco lo que les pasa a todos los grandes directores (y a los grandes artistas en general), y es que los juzgan contra las antiguas versiones de sí mismos. Como con una especie de nostalgia que termina convirtiéndose en sangre en el ojo para el que opina. “Todo tiempo pasado fue mejor”. Así, a todas las películas de Tarantino que no son Pulp Fiction les falta algo, Scorsese nunca volvió a ser tan grande como en Taxi Driver, Rusell Mulcahy dejó de existir después de Highlander (aunque en verdad esto puede ser cierto) y así en miles de casos. Este puede ser el caso de A Rainy Day in New York. A lo mejor no será una de las inmortales obras de Woody Allen tipo Manhattan, Annie Hall, o más recientemente Mighty Afrodite, Midnight in Paris o Match Point, pero no es para nada una mala película. Ni tampoco tiene, siguiendo esta lógica, porque ser una de éstas, ni debe descalificarse a Woody Allen por no ser lo suficientemente parecido a Woody Allen como esperan los estudiosos de su obra. Ahora, dicho eso, algo de color sobre la película. Lo primero a destacar en mi opinión es la absurdez de los personajes; Gatsby Welles (Timothée Chalamet), un joven snob del upper east side de Nueva York (hablando de tradiciones, creo que hay un personaje de estos en cada película de Woody Allen), en realidad es un joven-que-no-es-joven, un alma vieja atrapada en el cuerpo de un centennial (o menos que), desubicado y con pensamiento y aficiones propias de una persona de la edad del propio Allen (84). A propósito de esto, la película casi que es atemporal, siendo por momentos difícil saber que se desarrolla en 2019 (filmada en 2018) hasta que aparece ocasionalmente un iPhone para ubicarlo a uno. Igualmente, Ashleigh Enright (Elle Fanning), una dulce redneck sureña llena de billete, contrasta fuerte (por decir lo menos) en el mundo neoyorquino, directamente importada al Pierre Hotel frente a Central Park de un sandongueadero de country con parqueadero de camiones en Alabama. Ella, en su aventura surreal por Manhattan (que a veces puede ser un poquito increíble…si lo hubieran llevado más lejos, terminamos en Babe el Puerquito Valiente en la Ciudad); él, explorando la ciudad donde creció y donde redescubre su identidad. Dos actores que no tienen demasiado más que mostrar, logran un cuento convincente (dentro del absurdo de todas las situaciones) que termina en la separación de los caminos de los personajes. Mientras llueve. Los personajes de relleno, todos con el sarcasmo propio de Woody Allen, cada uno como encarnando a tope una característica de personalidad llena de absurdez en toda la escena. La melancolía, el actor que es un player, el director infiel que persigue a su esposa infiel, la bebé (centennial, o menos que centennial) rebelde…en fin; un colectivo increíble. Además de los personajes, creo que para los admiradores de Nueva York esta película es otro retrato de esta ciudad como solo Woody Allen sabe hacerlo. Saliendo de la opulencia del Upper East, SoHo, Queens, Brooklyn…en fin; todo un tour (culto en verdad) de las diferentes microculturas de ese caos de ciudad, con acceso a unas ubicaciones increíbles que muestran en que se gastó la plata de Amazon Studios este director. No será un clásico, pero vale la pena verla. Tanta lluvia, eso sí, le puede recordar a Bogotá y generarle algo de añoranza de tierra caliente.
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