Tu nombreAndrés Quintero8.5LO MEJOREl cuidado de su dibujo. Irrealmente realLa historia y su finalLa perdurable sensación que dejaLO MALOEn algunos tramos, la confusión del relato2020-11-118.5Muy buenaTÍTULO ORIGINAL: Kimi no na wa (Your name) AÑO: 2016 DURACIÓN: 1 hora 46 min GÉNERO: Animación PAÍS: Japón DIRECTOR: Makoto Shinkai Makoto Shinkai, el director de Your name, siempre reacciona con cuidado y prudencia cuando se le compara con el gran Hayao Miyasaki, director de piezas tan icónicas de la animación japonesa como El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke y Mi vecino Totoro. La comparación en efecto tiene algo de atrevida pero tiene también mucho de acertada y valedera. Separados por casi treinta años de trayectoria profesional, a tan grandes creadores los une, como suele pasar entre eximios maestros y sus brillantes discípulos, su enorme creatividad, su indescriptible sensibilidad y su desbordado talento. Your name es, para muchos, la hasta ahora mejor lograda obra de Shinkai y, en todo caso, su trabajo más reconocido, premiado y taquillero. Sus protagonistas, Taki y Mitsuha, son dos adolescentes, citadino el primero pueblerina la segunda, conectados en sus sueños y de repente y más profundamente, unidos a través del inesperado y desconcertante intercambio de sus cuerpos. Ella es de pronto él y él de pronto es ella, revelándose así no solo su poderosa unión, sino esas otras facetas que sus géneros normalmente ocultan y que terminan, a la vez que acercándolos, completándolos. Historia de encuentros y desencuentros, de tiempos que se sobreponen, que se deslizan, que no se encuentran pero, sobre todo, una historia del sentido del anhelo, de la fuerza vital que implica abrigar, por alocada que sea, una esperanza, cualquiera que ella sea. El espectador puede llegar a confundirse tratando de entender el vericueto de unos tiempos que van y vienen y que ponen en permanente zozobra la posibilidad del deseado encuentro de Taki y Mitsuha. Pero ese amago de confusión lo disuelve el halo que recorre de principio a fin toda la película. No se trata de descifrar el acertijo de tiempos y desencuentros, sino de rendirse a la fascinación de un dibujo que le da vida a seres y lugares con una sugestión de levedad y embriaguez que bordea lo hipnótico. No exagero. Your name lo devuelve a uno a un lugar en el que uno nunca estuvo. No es aquella regresión infantil a la que Disney nos tiene acostumbrados, es algo distinto. Es una travesía tan leve como profunda, empujada por un dibujo minucioso y sensible que brinca de una Tokio atiborrada de rascacielos a un pueblo perdido en la nada. Lugares distantes y distintos unidos por un hilo rojo en cuyos extremos dos seres desconocidos idealizan su encuentro. Nada es conocido pero todo es a la vez familiar. Es un cuento fantasioso pero, también, inexplicablemente real. Tengo que decir que no sé qué hace, en una película de animación, su director. Sé que en Your name, Shinkai es también el guionista y en este caso eso ya es más que meritorio. Pero cómo se convierte esa idea en la sucesión mágica de paisajes y rostros que nos entrega Your name, es un interrogante que tendrá su respuesta técnica pero que yo prefiero dejar en el cajón del misterio. A lo mejor – o a lo peor, vaya uno a saber – todo es cuestión de computadores y programaciones. No lo sé y no me importa. Yo me quedo con esa estética melancólica que tiene el anime japonés, una estética, ligera casi etérea, capaz de expresar la belleza que explota en lo grandioso pero que también se oculta en lo trivial y sencillo. Evidente, a estas alturas, no mi gusto, sino mi pasión por el anime japonés. Reúne tal cantidad de elementos estéticos y narrativos que muy pronto diluye la distancia, amable pero distancia a fin de cuentas, que hay entre lo que llamamos realidad y la ficción tradicional y, qué decir, de esa misma realidad con el cine de animación con el que crecimos. En la animación nipona esos seres de grandes ojos y movimientos leves resultan ser, desde un dibujo que no pretende copias humanas, los más humanos de todos. Escoja el sitio que quiera, la hora que quiera, la compañía que quiera, el modo de reproducción que quiera. Le aseguro que Your name terminará llamándolo por su nombre.
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