Ni en tus sueñosAndrés Quintero7LO MEJORCharlize TheronLa buena química que hay entre sus protagonistasLa reinvención, a la inversa, del cuento de La CenicientaLO MALOSus innecesarias dos horas de duraciónSalvo Jackson, lo secundario de sus secundarios2019-06-197BuenaTÍTULO ORIGINAL: Long shot AÑO: 2019 DURACIÓN: 2h GÉNERO: Comedia, Romance PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: Jonathan Levine ESTRELLAS: Seth Rogen, Charlize Theron, O’Shea Jackson Jr., Bob Odenkirk, Andy Serkis A las comedias suele asociárselas con banalidad y superficialidad. Hay que rebuscar en el cajón para encontrar esas comedias en las que el buen rato y la risa no riñen con cierta profundidad y permanencia porque extraen su materia prima, caricaturizándola, de la naturaleza humana. Sin que sea patrimonio exclusivo de ellas, son las llamadas comedias clásicas las que logran esa difícil balance entre disfrutar una situación cómicamente irreal y sentir a la vez que algo, tan volátil como estable, permanece en nosotros después de esa catarsis única llamada risa. Si con tan exigente modelo se comparan otras comedias, el resultado termina siendo desolador y lleva a la apresurada conclusión – de la que me aparto – y según la cual el género degeneró en un divertimiento de momento y que, sino todos, al menos sí la mayoría de sus exponentes está hecha para consumir, desechar y olvidar por completo. No estoy de acuerdo y no lo estoy porque no tiene mayor sentido andar buscando por ahí, en la galería atiborrada de la comedia moderna, sucedáneos de películas como Some like it hot o, para no irnos tan atrás en el tiempo, el Día de la marmota o el Gran Lebowski, comedias geniales que son para querer pero no para desprestigar a sus congéneres de menor estatura. Hay comedias, buenas comedias, que sin tanto calado como las que acabo de citar, no se conforman con hacer reír momentánea y fugazmente a unos espectadores que suelen ir, cuando de este tipo de películas se trata, desarmados de expectativas. Buscan sí, hacer reír, pero a partir de una historia y unos personajes empeñados en dejar alguna traza, alguna huella que no se borre con el encendido de las luces Es el caso, a mi juicio, de Long Shot la última película del director Jonathan Levine. Charlotte Field (la bellísima Charlize Theron) , rutilante secretaria de estado, acepta el reto de postularse a la presidencia de los Estados Unidos. Ni más ni menos. Un encuentro inesperado con el que fuera en sus tiempos de niñera uno de sus niños cuidados, termina en la incorporación de este, Fred Flarsky (Seth Rogen), a su equipo de trabajo. Fred es un periodista irreverente, mordaz e inteligente y eso le gusta y le sirve a Charlotte. Hay, como tenía que haberlas, escenas de estrepitosas caídas y de pedazos de pollo lanzados por el aire; hay, como tenía que haberlas, cristalizaciones de amores imposibles y sueños que se concretan contra todo pronóstico. De todo eso hay en Ni en tus sueños pero hay también un humor inteligente que se burla de un establecimiento que tras proclamas democráticas sigue sirviéndole a quien haya puesto o esté dispuesto a poner dinero. El objetivo sigue siendo el de entretener y hacer reír pero mofándose de un sistema incapaz de superar sus estructuras de corrupción y engaño. Aunque la historia pudo haberse contado en menos tiempo, Levine la mantiene bien y la conduce, potenciando los encantos de la Theron, hacia un desenlace que no por previsible dejar de serle grato y emotivo a la audiencia. La pareja Theron/Rogen funciona bien y habrá de ser por el Flarsky que llevo dentro que me resultó creíble su versión contemporánea de la Bella y la bestia. Con la notable excepción de O´Shea Jackson Jr., los secundarios de la pareja estelar pasan inadvertidos y no le agregan mayor valor a la historia. Cuál es la razón para que Ni en tus sueños no sea una comedia más del montón? No puedo decir que sea por la belleza y elegancia de su protagonista porque revelaría que salvo ella, lo demás es pacotilla; tampoco puedo atribuírselo al imán de su pareja porque la química entre ellos no hace por sí sola la historia. Creo que lo que en el fondo evita que la película se vaya al cesto de las comedias palomiteras, no es tanto su denuncia de un sistema político venal y corrupto, sino su discreta pero válida versión de ese eterno sueño en el que, contra todo pronóstico, el amor termina juntando a los distintos, a los que en apariencia son tan opuestos como incompatibles. Si en Pretty Woman lo eran el flamante Richar Geere y la primorosa Julia Roberts, en Ni en tus sueños, sirviéndose de una refrescante y muy contemporánea inversión de roles femenino y masculino, los son la despampanante Charlitze Theron y Seth Rogen en su rol de anti galán. Qué tanto junta la vida a los dispares? Eso es lo de menos. Por un rato vale la pena pensar y alcanzar a sentir que, parafraseando el slogan publicitario de la película, aunque sea poco probable, tampoco es un imposible. Cito, como tantas veces se lo ha citado, a Shakespeare: estamos hechos de la misma sustancia de nuestros sueños
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