Neruda
Adriana Bernal Mor7
Humberto Santana6
LO MEJOR
  • La atmósfera creada alrededor de la mezcla del cine, la poesía y la crítica histórica de un personaje único en la historia.
LO MALO
  • Es una película larga, que en algunos puntos puede ser un poco lenta, pero que en general es cautivadora y logra mantener muy bien el ritmo.
6.5BUENA

 

 AÑO: 2016

DURACIÓN: 107 min

GÉNERO: Drama. Biografía. 

PAÍS: Chile

DIRECTOR: Pablo Larraín

ESTRELLAS: Luis Gnecco, Gael García Bernal, Mercedes Morán, Alfredo Castro, Pablo Derqui, Marcelo Alonso, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Jaime Vadell, Diego Muñoz, Francisco Reyes, Michael Silva, Víctor Montero.

La experiencia cinematográfica del director chileno Pablo Larraín ha venido sentando una interesante evolución artística y política en su obra, generando cada vez un interés particular por querer descubrir en cada nueva producción esa magia y encanto con la que logra mezclar los asuntos políticos e históricos con la poética de la imagen y las palabras.

Uno de los factores que hacen más interesantes sus producciones, en este caso Neruda, es la capacidad que existe de querer descubrir y demostrar hechos de la historia y de la vida de grandes personajes que aún no se han explorado a profundidad, para lograr crear historias en las que emergen detalles nuevos, únicos y diferenciadores.

Y es que al parecer la historia de Pablo Neruda estaba ya escrita y contada en su totalidad. Un hombre que no sólo influyó en la política y la literatura de su país, sino que trascendió en el mundo entero tanto por sus creaciones más artísticas como por su liderazgo, fuerza y lucha por y para el partido comunista de Chile.  A pesar de que estos datos pueden no ser nuevos para la historia y mucho menos para el público, la magia empieza cuando frente a nosotros se combinan desde el primer instante todas las herramientas visuales y sonoras para recrear una atmósfera diferente y encantadora, en la que cada detalle genera la necesidad de conocer más a un símbolo de la historia mundial.

Frente a la cámara de Larraín, Neruda es un nuevo personaje, porque sólo allí y gracias a la combinación de los planos, el arte, la música, los diálogos y las maravillosas actuaciones de reconocidos actores  uno se compenetra con su historia y entiende desde todos los factores determinantes del cine por qué un hombre como este jamás había podido reducirse solamente a las palabras que se encuentran en los libros.  Además,  el protagonista se convierte en el catalizador de gran parte de las visiones, vivencias, sentimientos, miedos y realidades de muchas otras personas que como él sufrieron la persecución de un gobierno opresor. Así, la voz de muchos y los puntos de vista de otros más se compactan y toman una forma especial en la evolución y desarrollo de lo que fue la vida del senador.

La característica más significativa de la película es justamente ese encanto narrativo con el que se guía al espectador para que entienda y se compenetre con una historia envolvente. Cada personaje aporta casi como si se tratara de una melodía algún detalle relevante que construye la cadena de sucesos que configuran todo el arco dramático del protagonista. En su justa medida, con cada detalle bien pensado, una atmósfera increíblemente lograda, un trabajo conceptual interesantísimo en el que se equilibró positivamente la vida pública, sentimental, intelectual y artística de un hombre trascendental, y en combinación con la propuesta fotográfica acorde a una época y a un estilo particular, Neruda es una película que realmente vale la pena disfrutar.

Más allá de encontrar hechos reveladores que cambien la historia oficial ya bien conocida, aquí se explora mágicamente todos los elementos que desde las pasiones más profundas y significativas del personaje lo convirtieron en lo que fue y es para la humanidad.