Historia de un matrimonioHumberto Santana8.5LO MEJOREl realismo, las actuaciones y la dirección de Baumbach2019-12-058.5Muy buenaTÍTULO ORIGINAL: Marriage Story AÑO: 2019 DURACIÓN: 2h 16min GÉNERO: Drama PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: Noah Baumbach ESTRELLAS: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Azhy Robertson, Ray Liotta, Alan Alda, Merritt Wever Historia de un matrimonio, ingeniosamente titulada, es realmente la historia de un divorcio. Y digo ingeniosamente titulada porque la historia de un divorcio siempre es realmente la historia de un matrimonio que llega a su fin, y Marriage Story tiene mucho de esto último. A pesar de situarse en el tiempo en el momento en que la separación comienza, cuenta mucho de la historia de este matrimonio. Pero el relato del director y guionista Noah Baumbach es mucho más que eso. Es una inmersión profunda en las relaciones de nuestros tiempos, en la forma en que la sociedad moderna las condiciona y, especialmente, es una inmersión hacia las personas que las protagonizan, que se presentan cercanas y tangibles, al punto que podrían ser cualquiera de nuestros conocidos. Podríamos ser nosotros mismos. Y esto último, esa sensación de cercanía e intimidad hacia los personajes, es en buena parte gracias a un guion sólido y a una gran dirección, que sabe por un lado apoyarse en el potencial de dos grandes actores que hacen méritos para que sus actuaciones sean consideradas las mejores de sus carreras, pero que sin duda tiene la virtud de generar el espacio para que Scarlett Johansson y Adam Driver logren unos personajes profundos e impregnados de una empatía arrolladora, conmovedores y fundamentales en el efecto de la película. Noah Baumbach logra presentar este drama de una forma muy balanceada. Inicialmente parece poner al espectador del lado de Charlie, solo para dar un giro sutil hacia el lado de Nicole y alternar sucesivamente, logrando así no solamente una especie de neutralidad entre partes, sino transmitir también esa realidad abrumadora en la que los fracasos de las relaciones rara vez tienen un único culpable. La carrera profesional del esposo siempre fue uno de los ejes de la dinámica familiar, al punto que el egocentrismo masculino en este sentido fue generalizadamente aceptado por mucho tiempo. Historia de un matrimonio desnuda una realidad en la que la autonomía femenina, tan luchada y merecida, es algo que las parejas -de un lado y de otro- tienen que aprender a manejar y puede agregar una complicación más a la estabilidad de los matrimonios. Baumbach logra un relato sensibilizante al partir de unos personajes con los que nos conectamos desde las primeras tomas: humanos, mundanos, de buen corazón y hasta ingenuos, que a pesar de no querer hacerse daño en el proceso de separación, terminan cayendo en la red legal que por un lado está diseñada para proteger a las personas y sus hijos, pero que al mismo tiempo es un embudo que lleva a una confrontación difícil de esquivar, en el que los abogados sirven sus propios intereses, resultando en costos económicos desmesurados y, peor aún, en el incalculable costo emocional del proceso. Pero donde el director pone realmente el dedo en la llaga, donde se diferencia de la mayoría de los relatos similares, es en la forma en la que revela la relación entre Charlie y Nicole, llena de un amor que nunca se extinguió. Utilizando recursos simples pero potentes e íntimos (y por supuesto apoyados siempre en las esenciales actuaciones) logra hacernos vivir los pequeños detalles de las relaciones con los que todos nos identificamos, con los que todos sentimos una empatía atrapante, haciendo desgarrador presenciar como se desmorona un matrimonio por las particularidades -por trascendentales que ellas sean- y no por la falta de amor. La película de Noah Baumbach es conmovedora y, más aún, fiel a su estilo personal, es aplastante, al punto que presenciarla y pretender salir de la sala sin moretones ni raspaduras es poco realista. Pero aún dentro de esta dureza de realidad apabullante, Historia de un matrimonio envía un mensaje que si bien no es explícito ni obvio, es constructivo y hasta diría que indispensable para cualquiera.
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