Fuego en el mar
Diego Solorzano6.5
LO MEJOR
  • La fotografía es sensacional
  • La importancia del documental desde el punto de vista social.
LO PEOR
  • Es un documental inconexo, disperso y con el cual cuesta conectar.
  • No es para todos y quizá va enfocado a una minoría silenciosa.
6.5INTERESANTE

TÍTULO ORIGINAL: Fuocoammare

OTROS TÍTULOS: Fire at Sea

AÑO: 2016

DURACIÓN: 1 hora 54 min

GÉNERO: Documental

PAÍS: Italia

DIRECTORES: Gianfranco Rosi

ESTRELLAS: Samuele Pucillo, Samuele Caruana, Giuseppe Fragapane

 

Es fácil clasificar los documentales según su estilo y montaje; muchos enfocados a televisión optan por un estilo más clásico, expositivo y basado en entrevistas; otros, más arriesgados, tienen un ritmo distinto, una fotografía más expositiva y se cimentan menos en las descripciones narradas de un acontecimiento objeto de interés. Sin embargo todos buscan conectar con el espectador desde el tema o el objetivo pero llevando un hilo conductor para exponer sus ideas y planteamientos orientados  al entendimiento de cualquier clase de público, aunque hay excepciones en esto último como el reconocido ‘Koyaanisqatsi’ que funge como mejor punto de partida para entender Fuego en el mar.

El documental ganador en Berlin lleva al extremo la exposición a través de la imagen y prescinde casi totalmente de diálogos y de un guión estructurado, haciéndonos recordar la obra de Godfrey Reggio antes mencionada. En esta oportunidad  Gianfranco Rosi imita su estilo con menos música instrumental y enfocado al drama social de la costa italiana y los inmigrantes que tratan de llegar a Europa desde distintos países de Africa con los mismos locales como protagonistas de la historia. No es casual que el documental abra con un niño italiano observando la costa, pues a partir de la injerencia y evolución de la sociedad italiana es que Rosi expone el periplo de la inmigración, aunque no logra conectar en ningún momento con el espectador.

Koyaanisqatsi en 1983 cimentaba toda su narrativa en la exposición de postales sensacionales de la Norteamérica revolucionada, una revolución urbana basada en los sentidos, los colores fuertes y la saturación de la pantalla con la jungla de cemento; un documental experimental efectivo que basaba muchas de sus sensaciones en recursos auditivos para conectar con el espectador. Sin embargo Fuego en el mar aunque también es un documental sumamente experimental, al prescindir completamente de un hilo conductor o guión no logra dotar de fuerza su excepcional fotografía del Mediterráneo en el cual mueren cientos y miles de inmigrantes tratando de escapar de zonas de conflicto. Tampoco ayuda el acercamiento cotidiano a los italianos que colindan con dichas zonas pues aunque ayuda a dar perspectiva, le resta ritmo a la experiencia visual, todo lo contrario que debería buscar un documental de este estilo.

El enfoque de Rosi, aunque no errado, tiene la obvia finalidad de evitar juicios de valor o melodrama en una historia muy real sobre la creciente migración a occidente, generando consigo imágenes poderosas, alternadas con otras intrascendentes. Esta irregularidad pervierte completamente su mensaje y hace que no tenga impacto en el espectador. Fuego en el Mar no es un documental de fácil acceso y su falta de enfoque podría espantar al público más casual del género social. Podrá en todo caso el espectador notar las peripecias del inmigrante y el choque de civilizaciones pero finalmente  le quedará una sensación de  insuficiencia incapaz de  establecer lazos de empatía en el espectador. Es un documental importante en tema pero difícilmente recomendable por su estilo y montaje.

Citando a Meryl Streep, Fuego en el mar es un cine urgente e importante, pero eso perjudica su propia cohesión, haciendo que no llegue con la fuerza necesaria al público masivo que necesita entender  la tragedia de la inmigración y sus impactos en la sociedad occidental. Oportunidad desaprovechada para narrar una historia que tenía elementos para llegar a la mayoría del público, aunque como material fotográfico de una crisis permeada por la prensa puede ser una herramienta poderosa y significativa. Al final la obra de Rosi es la prueba de que se necesita un mejor balance entre fondo y forma o potenciar la forma para evitar caer en un infográfico vacío de emociones e impacto.