FragmentadoMelisa Castellanos4LO MEJORLa facilidad de James McAvoy para cambiar de personajeLO PEOREl cambio brusco entre lo real y lo inverosimilQue hablen de 23 personalidades2017-02-234RegularTÍTULO ORIGINAL: Split OTROS TÍTULOS: Fragmentado / Múltiple AÑO: 2016 DURACIÓN: 117 minutos GÉNERO: Suspenso, Thriller PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: M. Night Shyamalan ESTRELLAS: James McAvoy, Anya Taylor-Joy, Betty Buckley “Quienes están dañados, son más evolucionados”. Con esta premisa el director M. Night Shymalan nos presenta Fragmentado, una película de suspenso que tiene como eje central el trastorno disociativo de la identidad, o, como se conoce coloquialmente “desorden de personalidad múltiple”. Kevin (James McAvoy) ha identificado junto a su psiquiatra (Betty Buckley) veintitrés personalidades diferentes que viven en su cuerpo: un niño, una mujer, un diseñador de moda, entre otros. Dennis, uno de los alter ego que conviven en la mente de Kevin, secuestra a tres adolescentes para encerrarlas y aguardar con ellas la llegada de la personalidad número veinticuatro: la bestia. Veremos entonces a James McAvoy representando a personas diferentes en un mismo cuerpo, y eso, él lo hace muy bien. Es de resaltar su facilidad para lograrlo. Es tan bueno en esto, que es capaz de representar perfectamente a Dennis (el alter ego secuestrador) haciéndose pasar por Barry (el alter ego diseñador), para engañar a su psiquiatra. De las demás actuaciones no hay mucho que decir, excepto por Cassey (Anya Taylor-Joy) quien a pesar de ser buena actriz, desafortunadamente le correspondió un rol cliché (niña excluida en el colegio, rara, con un pasado traumático pero que resulta siendo la más brillante). Tres características hacen a esta película atrayente desde el inicio: la primera, un trastorno psicológico controversial y de cierta forma mítico, la segunda, un tema contemporáneo y espantoso como el secuestro de mujeres adolescentes por hombres mentalmente desequilibrados, y la tercera, que sea del mismo director de Sexto Sentido. Este trio promete, y logra envolver solamente hasta cierto punto en que todo se torna tan inverosímil que se vuelve aburrido. No quiero decir que lo inverosímil sea aburrido; mi apreciación se orienta a señalar el problema que conlleva combinar lo plausible y lo exagerado de forma descuidada: aburrir al espectador. A pesar del desencanto del fracaso del trio que menciono, lo interesante de ver (porque no encuentro otro adjetivo) por supuesto que es el trastorno. Las consultas de Kevin y su psiquiatra son fascinantes y atrapan, dejan ver un libreto muy bien logrado. El papel de la psiquiatra es memorable, pues se aleja de los clichés y logra que le prestemos a ella precisamente mucha atención. Me resulta sorprendente que Shymalan, el mismo director de una de las películas icónicas del suspenso de los 90 que marcó una nueva tendencia (Sexto Sentido), nos brinde una película tan regular.
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