El cine, el mar y la brisa se juntaron, lectores, para dar vida a este pequeño diario de viaje de lo que fue el último Festival de Cine de Cartagena. Así que alístense, porque aquí viene una fresca mirada de lo que para mí, fue lo más importante del FICCI. Pero primero, hay que saber, que este es uno de los festivales más importantes en Latinoamérica. Y no lo digo solo por su edad, ya 55 años, sino por la casi inmejorable carta de cine que trae para nosotros año tras año. Historias alucinantes provenientes de todo el mundo colman las salas de cine cartageneras, regalando relatos y ficciones, fábulas y leyendas, realidades y vivencias; pasando del argentino al españolete, del koreano al persa, del bogotano al caleño. Y claro, por muchísimos acentos e idiomas más. Siete de la noche del 9 de marzo y ya sentía el calor fresco, el olor a mar y el “eche no joda” de un lunes cualquiera. Ya me preparaba para empezar este viaje por el visor de la cámara de una gran variedad de directores. Era un martes 10 y luego un 11, y junto a mis colegas realizamos todo un programa de las películas a ver en la siguiente semana. Era un rígido horario que sabía íbamos a terminar rompiendo, pero bueno, aun así se hizo la tarea, que de todos modos sirvió para tener una idea clara dentro de ese profundo mar fílmico de posibilidades. En la mira, algunas de Darren Aronofsky, Pablo Trapero y Kim Ki-duk , invitados especiales del festival. 12 y ACCIÓN. El hecho destacado, entrevista con el aclamado director estadounidense Darren Aronofsky, junto con la muestra de su película ‘El luchador’. Una entretenida historia sobre la vida de un peleador en descenso de lucha libre. Pero antes de la función, desde los altos, bien altos palcos del Teatro Adolfo Mejía, algunos de los asistentes pudimos ver en vivo y en directo a este director. La mente brillante que creó cintas como ‘Pi’, ‘Requiem’ y ‘El Cisne Negro’, que vestida de un humor típico estadounidense, contó algo de sus experiencias como director y por supuesto de su vida. 13 y ahora era el turno de Trapero. Un director argentino que en lo particular no conocía. Cintas como ‘Mundo Grúa’ y ‘Leonera’ fueron las que pude ver, y muy contento de hacerlo, pues con su estilo realista, sencillo, y muy pero muy argentino, Trapero sumergió a Cartagena en lo recio de las tierras gauchas, en sus historias del día a día, en el argentino común. Sin mucho adorno, este director, demostró su interesante manera de asumir el cine, un cine nada pretencioso y bien cercano a la realidad. Con algo de timidez, hizo presencia y dejó ver un poco, qué es hacer cine en Latinoamérica y habló de su corto pero bien nutrido recorrido en este mundo. ‘Martes: Jam Session’ también es de su autoría, uno de los capítulos de la película ‘7 Días en la Habana’. Un director para no perderle la pista. Sin falta, la brisa fuerte, pero refrescante seguía acompañado el paso de todo asistente, y así mismo las películas en las salas se proyectaban sin contratiempo. El cansancio ya hacia su esperada aparición en mi cuerpo, pero las ganas de más cine me permitieron seguir. Un 14 llegó, y lo que me hace recordarlo, es la película colombiana ‘Tiempo Perdido’. Cinco historias paralelas que en algún punto se encuentran, historias muy cotidianas que dejan ver esa mirada diferente en el lápiz de un director. Un claro ejemplo de ese vuelco que está dando el cine colombiano, para crear historias salidas del canon común, para empezar a explorar nuevas formas, nuevos recursos. Y cómo olvidar, esa función delirante de media noche, con la película de terror ‘A Girl Walks Home Alone at Night’ de la directora iraní Ana Lily Amirpour. Es la historia de una vampiresa que acecha a los habitantes de un pueblo olvidado en Irán. Una excepcional combinación a blanco y negro de actuaciones, música y suspenso. Y bueno, un 15 en el calendario, y la leyenda del cine coreano Kim Ki-duk, abrumado por tanta parafernalia mediática, llegó al TAM. Como era de esperarse, agradecido y con pocas palabras este director saludó al público colombiano, y lo dejó con su brillante película ‘Hierro 3’. La historia de un joven que se escurre por las casas ajenas para habitarlas por cortos periodos, mientras sus dueños no están. Una película fascinante, única, con ese toque que solo tienen los directores del continente asiático. Y así, este director se llevó los aplausos de todos los asistentes, y también sus corazones, por su energía sosegada, por esa humildad en su ser. Con esto, lo más destacado del festival fue llegando a su fin. Una experiencia maravillosa al lado de algunos grandes del cine. 16 y 17, fueron días que pasaron de manera más serena, acompañados de joyas como ‘El Chico” de Chaplin y ‘Bajo el Volcán’, película dentro de la retrospectiva de Michael Fitzgerald, quien la produjo. Un final bien romántico, para una experiencia que solo deja sonrisas. Es así como el FICCI 55 se despidió este año. Y yo de Cartagena, frente a un mar de las nueve de la noche, con nuevas reflexiones y expectativas. Un vuelo de media noche con rumbo a la realidad y de nuevo en nuestra querida Bogotá que da su bienvenida, por supuesto, con lluvia.
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