El Ladrón del WhiskeyAndrés Quintero7LO MEJORSiendo una película de robo, que sea mucho más que una película sobre un roboCon su justa dosis de intriga y emoción , su tono austero y realistaPor un buen manejo de la ficción, su verosimilitud LO MALOPor tantas escenas de robo, su innecesario alargue2018-04-187Buena TÍTULO ORIGINAL: A Viszkis AÑO: 2017 DURACIÓN: 2h 9 min GÉNERO: Drama, Acción PAÍS: Hungría DIRECTOR: Nimród Antal ESTRELLAS: Bence Szalay, Attila Beko, Imre Csuja, Björn Freiberg, György Gazsó En la pantalla grande abundan los ejemplos de ladrones glamurosos. Sus golpes suelen ser una refinada conjunción de inteligencia, audacia y sofisticación. Verdaderas obras maestras. Pocas veces son hurtos famélicos o robos opacos y zafios; son, por el contrario, piezas de fina orfebrería en las que el espectador termina enganchado por el o los ladrones, las más de las veces apuestos, arriesgados y, desde la ilegalidad de sus actos, con una ética tan engañosa como atractiva. En medio de un caleidoscopio de variantes, el resultado siempre es el mismo: el espectador toma partido por el ladrón y espera, con esa fruición que provoca la transgresión, que detectives, policías, bancos, ricachones y, en general, todo el establishment se quede con los crespos hechos. Tengo una especial debilidad por la películas de robos. Armadas con estructuras similares, lo primero que suelen hacer es retratar al ladrón y su equipo, casi siempre una heterogénea banda que planeará con mayor o menor minucia el golpe. Planos, horarios, alarmas, cajas fuertes, disfraces, cámaras y huídas ingeniosas. Todo converge luego hacia el gran momento y sus secuelas. Alguien o algo falla a última hora y eso termina comprometiendo un plan armado con precisión relojera. Todo puede pasar y en las películas de robo todo ha pasado. A veces estos buenos malhechores se alzan triunfantes con el botín, a veces los capturan o los hieren o los matan pero siempre dejan un estela borrosa de valentía y heroismo. Como si robar, más allá del resultado, pagara. Los ejemplos abundan pero arman una buena muestra de este sub género, Mientras la ciudad duerme(1950) Rififi(1955), Once a la medianoche (la antecesora de Ocean´s Eleven del 2001) Butch Casidy (1969), El Círculo Rojo (1970) y, transgresora como todo el cine de Tarantino, Reservoir Dogs (1992) Seleccionada para la programación del EUROCINE 2018 que se proyecta por estos días en varias ciudades del país, A Viszkis, la película húngara del director Nimród Antal , cuenta la historia de Attila Ambrus, un ladrón que en los 90s se hizo muy famoso en Hungría por el sello elegante y caballeroso de sus golpes y, también, por el tufillo a whiskey que dejaba a su paso. Después de una que otra peripecia, Attila logra salir ilegalmente de Transilvania para buscar mejor fortuna en Hungría. Comienza de portero en un equipo de hockey sobre el hielo y todo parece ir bien hasta que una noche el padre de su novia, un acartonado burgués de Budapest, le clava una mirada descalificadora por su romántica pero inaceptable condición de don nadie para su adorada hija. Attila sale decidido a cambiar el rumbo de su vida y, especialmente, a conseguir dinero y que mejor opción que ir de banco en banco vaciando cajones y cajas fuertes para repletar sus bolsillos vacíos. A Viszkis tiene todos los ingredientes de la película clásica de robo pero, además de tenerlos a su manera, los enhebra de tal forma que, sin sacrificar la emoción del thriller, aprovecha un trasfondo social y ético para darle a la historia una personalidad perdurable en lugar del simple fogonazo emotivo del gran asalto. Además de su peculiar ética ladrona consistente en, más allá de la intimidación con un arma amenazante, no lastimar a nadie, el estilo de Attila es básico. Sus golpes no son un artilugio de elaboración; son, mas bien, robos básicos de todos al suelo, a vaciar cajones , a repletar tulas con dinero y a salir volando. Antal, director y guionista, contrasta esta simpleza, enalteciéndola, con el pasado de Attila marcado por el abandono y con su condición de inmigrante ilegal al que todas las puertas formales de inserción se le cierran en las narices. Attila, representado por Benze Szalay, no es el geniecillo de los atracos, ni dedica sus días estudiar planos para burlar cercos de seguridad y cosas por el estilo. Cuando no roba, Attila, portero de su equipo, ataja discos con su pesado atuendo deportivo o come con su flamante novia en costos restaurantes. Es un dilapidador, elegante e irresponsable, de su volátil fortuna porque en el fondo está probándole al mundo y probándose a sí mismo que tenía la capacidad de voltear un destino marcado por la marginación. Sin mayores aspavientos, la película de Antal tiene una producción impecable, una cámara habilidosa que usa planos áereos y de secuencia, sobre todo en las escenas de robo y una estructura narrativa interesante en la que la historia transcurre recordada por su protagonista cuando un policía lo interroga. Defectos? Sus más de dos horas de duración. Si el centro gravitacional del relato no eran los robos sino la exploración sobre sus causas, motivaciones y posibles justificaciones, sobraban tantas escenas de asalto. Hay un momento en que la película se fatiga y fatiga a un espectador que ya no sigue con emoción los asaltos y pierde, al menos momentáneamente, algunas claves de la historia subyacente. Falla menor frente a una historia muy bien contada y actuada que sobresale porque, así como respeta los cánones de este tipo de películas, emplea un tono cuya moderación contribuye a la credibilidad de una historia basada en personajes y hechos reales. Es una suerte poder ver en nuestras salas películas como A Viszkis. Pocas oportunidades tenemos de apreciar un cine que como el húngaro viene demostrando su enorme calidad. Prueba contundente de ello El hijo de Saúl que en el 2015 se llevó el Oscar a mejor película de habla no inglesa. A cuatro días del cierre del EUROCINE Viszkis se puede ver el jueves 19 de abril a las 9.30 pm en los cinemas de Calle y el sábado 21 de abril a las 6.30 pm en Cinépolis Calima
Debe estar conectado para enviar un comentario.