El hall de JimmyAdriana Bernal Mor6LO MEJORIndudable la dirección de arte. Una película perfectamente recreada, que logra una atmósfera propia de la época, desde el color hasta el más mínimo detalle de la escenografía. LO MALOUna historia muy lineal, bastante predecible, en la que le faltó un trabajo más interesante en los arcos dramáticos. 2016-07-076INTERESANTE TÍTULO ORIGINAL: Jimmy’s Hall AÑO: 2014 DURACIÓN: 106 min GÉNERO: Drama PAÍS: Reino Unido DIRECTOR: Ken Loach ESTRELLAS: Barry Ward, Simone Kirby, Andrew Scott, Jim Norton, Brían F. O’Byrne, Shane Cullen, Paul Fox, Sorcha Fox, Aisling Franciosi, Karl Geary, Denise Gough El recorrido cinematográfico del director Ken Loach ha demostrado que su talento puede abarcar cualquier tipo de propuesta audiovisual, pues la variedad de temas, posturas y mensajes que han dejado sus películas son la muestra fiel del trabajo riguroso y excepcional de un gran director. Y es que una de las claves que más ha llamado mi atención es el tinte político y crítico con el que ha tratado sus historias, haciendo evidente a través de personajes cotidianos e historias del común, puntos de vista examinadores sobre realidades criticables y negativas de la sociedad. Y aunque me parece interesante su labor y siempre he tenido bajo una buena calificación sus películas, en Jimmy´s Hall tuve una sensación extraña que me hizo divagar constantemente entre si realmente me gustaba el filme o había algo que me hacía falta ver para que este llenara las expectativas que me había creado cuando me senté a verlo. Algo que le diera una fuerza dramática más sorprendente y proponente. Desde un principio la historia da mucho de qué hablar, porque el personaje de por sí es muy interesante y genera curiosidad. Basada en un hecho real, esta película cuenta la historia de James Galton, un joven que fue expulsado de su país y regresa diez años después a tratar de rehacer su vida en el pueblo que lo vio nacer. Pero rápidamente no sólo él sino la vida de los habitantes del lugar comienza a tomar un vuelo distinto. Lo que siempre había sido prohibido por la iglesia, rápidamente se reproduce gracias a la reconstrucción y reapertura del salón donde alguna vez el protagonista se reunió a bailar, leer, cantar, enseñar y sonreír. Creía fielmente en las teorías comunistas y sabía que más allá del dogma, aprender era la clave del éxito en la vida. Sin embargo, su espíritu revolucionario y activista pronto hizo que los ojos de la iglesia y los más conservadores burócratas se centraran en él, haciéndole de ahí en adelante la vida imposible para expulsarlo de nuevo de Irlanda. Esta es una historia que tiene mucha tela de dónde contar, sobre todo porque expone una realidad que a pesar de parecer lejana y absurda, aún sigue siendo el reflejo de una sociedad con doble moral y sed de poder. El manejo de la política, la guerra de poderes, la avaricia y el egoísmo que se esconde detrás de grandes instituciones toma una forma clara, exponente y crítica en esta película. La iglesia, ya bastante lastimada conceptualmente desde los diez primeros minutos, se torna casi insoportable y eso claramente es uno de los propósitos y posturas relevantes que considero querían lograr tanto el director como los guionistas. Sin embargo, y aunque puede parecer peculiarmente atractiva y diferente, con el pasar de los minutos la historia se vuelve demasiado predecible. Personajes comunes y con características también bastantes comunes hacen que no sea muy difícil imaginar qué viene después ni cómo será la transformación y el cambio de los arcos dramáticos de los protagonistas. En adición, en algunas ocasiones los diálogos acartonados, que parecían más recitados que actuados, hicieron que la producción para mí perdiera fuerza, obligándome a centrar mi atención en los defectos narrativos. Lo más bonito de una película es no darse cuenta de que su mundo nos atrapa y nos lleva a considerar posible, imaginable y vivible lo que estamos viendo. Esta característica que hace que al fin y al cabo la película pueda ser excepcional y capture la audiencia, en varios momentos se perdió por culpa de las actuaciones no tan atrayentes de varios personajes. Pero a pesar de lo anterior, y teniendo en cuenta que siempre me gusta rescatar aquello que marcó mi experiencia positiva frente a la película, considero que vale la pena exponer y además alabar el trabajo de escenografía, puesta en escena y vestuario. Una película de época, que exige indiscutiblemente un gigantesco trabajo artístico, tiene un buen ejemplo de encantadores resultados en Jimmy´s Hall. Se nota que hubo mucho cuidado en el detalle y bajo todas las perspectivas (tanto de color, como de factura y forma) se ve reflejado el tiempo en el que se desarrolla la historia. Otro aspecto que me pareció acertado y llamativo fue la banda sonora. Las escenas de los bailes le daban un respiro muy seductor a la película y en mí crearon un enganche especial. Me gustó sentir y ver cómo esa influencia de ritmos en épocas en las que la distancia hacía casi imposible compartir las culturas, es tan real y perceptible. La música da fuerza y cuerpo al fin último de la producción. Una película crítica, que se acerca de manera tajante a un problema importante en una época determinante de la historia, y además resalta la valentía y la vida de un hombre que fue único en su región y en su generación. Y aunque logra acercarnos profundamente a la sensación de desprecio que las personas sintieron y vivieron por la política y la institución eclesiástica imperante, le hizo falta fuerza a su propuesta dramática; esa fuerza que hace que queramos ver sin parar, sin respiro y como si no existiera un final el avance de una historia.
Debe estar conectado para enviar un comentario.