El discípuloHumberto Santana6LO MEJORLo interesante de su planteamientoLO MALOLa falta de elementos que conecten al espectador con la película2017-09-066InteresanteTÍTULO ORIGINAL: (M)uchenik OTROS TÍTULOS: The Student AÑO: 2016 DURACIÓN: 1h 58min GÉNERO: Drama PAÍS: Rusia DIRECTOR: Kirill Serebrennikov ESTRELLAS: Pyotr Skvortsov, Viktoriya Isakova, Yuliya Aug Las consecuencias del fanatismo religioso no solamente han dejado indelebles marcas a través de la historia de la Humanidad, sino que, en nuestros tiempos, semana tras semana se nos recuerda la vigencia de los cuestionamientos a las posturas religiosas extremas, la controversia que genera el radicalismo islámico que desemboca en el terrorismo. La actualidad mundial parecería hacer creer que el islamismo extremo es el único radicalismo religioso, desconociendo innumerables hechos significativos de nuestra historia. Pero dejando este capítulo en particular de lado, qué sucedería si existiera una especie de equivalencia, un fanatismo religioso radical basado en la Biblia? Cómo se manifestaría si sucediera en el presente? Qué pasaría además si la sociedad y sus instituciones actuales evidenciaran enormes vacíos morales, abriendo el espacio para darle cabida al radicalismo moral que pretenda contrarrestarlos? Los planteamientos de El discípulo son sin duda atrayentes. Un pequeño colegio en la Rusia contemporánea sirve como marco para narrar esta historia protagonizada por un estudiante de 16 años, que independientemente de sus pros y contras como producción cinematográfica, genera innumerables reflexiones, siendo este aspecto el mayor éxito de la película del director y guionista Kirill Serebrennikov. Sin embargo hay que decir que la ejecución de estas ideas, la puesta en escena de los cuestionamientos que hace Serebrennikov en su película, se queda corta. Por momentos ingenuo, en otros simplemente forzado, su planteamiento no termina de hacer conexión con el espectador. Es cierto que logra desarrollar una tensión progresiva que tiende a capturar el interés, pero sus desenlaces artificialmente plasmados terminan desconectando. Hay un trabajo exhaustivo e interesante en la elaboración del guion. Innumerables fragmentos bíblicos se toman al pie de la letra, integrándose a los diálogos del protagonista y actuando como argumentos de su lógica; el origen de los trozos bíblicos se cita enunciándolos en la pantalla a medida que el personaje principal los utiliza, validando así su veracidad y fundamentando el hecho de que sus razonamientos y acomodos puedan ser perfectamente plausibles. Si El discípulo no llega a ser una experiencia cinematográfica del todo placentera, quedan su sátira, sus cuestionamientos y el mensaje de que cuando la espiritualidad individual no va en concordancia con una espiritualidad más universal, lo que para la generalidad puede ser la base de los valores morales personales y sociales, para el individuo aislado puede ser el pretexto para acomodarlo todo a su propia mezquindad.
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