Deuda de honorHumberto Santana S4.5LO MEJORLa maravillosa fotografía de Rodrigo Prieto, especialemnet durante la primera mitad de la películaLa actuación de Hilary Swank, que lucha por rescatar la películaLO MALOLa artificialidad de los demás personajes y lo forzado de presentación de la trama; un guión que comienza muy bien, y se desarrolla de manera decepcionante2015-06-174.5RegularTÍTULO ORIGINAL: The Homesman AÑO: 2014 DURACIÓN: 122 min GÉNERO: Drama, Western PAÍS: Estados Unidos DIRECTOR: Tommy Lee Jones ESTRELLAS: Tommy Lee Jones, Hilary Swank, James Spader, Hailee Steinfeld, Meryl Streep Para quienes nos atraen los westerns, siempre causará un interés especial la esperanza de evocar de alguna manera las grandes producciones de hace ya varias décadas. Ejemplos más modernos que demuestran que el género sigue calladamente «en vida suspendida», son Unforgiven (1992 / Los imperdonables – Sin perdón), con el icónico Clint Eastwood, más recientemente el maravilloso remake de True Grit (2010 / Temple de acero – Valor de ley), o el Django Unchained de Tarantino (2012 / Django sin cadenas). Lamentablemente The Homesman, o como se le llamó por estas latitudes, Deuda de honor, decepciona en casi todos sus aspectos. La película empieza prometiendo mucho. Los encuadres de la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, que logra hacer de las tierras áridas y los cielos infinitos de Nebraska un espectáculo visual, sirven de marco para un comienzo de historia atrapante. En un pueblo apartado del medio oeste de mediados del siglo XIX, en tierras desoladas y miserables, tres mujeres han perdido la razón. Mary Bee Cuddy (Hilary Swank), una mujer compasiva pero con el suficiente temple para vivir sola en estas tierras y sostener su naciente hacienda, decide encargarse de la tarea que ningún hombre quiso asumir: llevar a estas mujeres a una iglesia en Iowa donde podrán ser cuidarlas adecuadamente, atravesando durante algunas semanas el territorio árido y hostil. Por azar, termina reclutando como ayudante y compañía en esta empresa a un viejo vagabundo desertor del ejército (Tommy Lee Jones). El mayor acierto de Tommy Lee Jones, quien además de protagonizar dirige (al igual que en la mejor lograda Los tres entierros de Melquíades Estrada), es haber escogido a Hilary Swank para este papel. Su gran capacidad actoral, la mezcla precisa de encanto femenino y masculinidad, su belleza exótica, que puede hacerla aparecer en un momento como la más bella, y en otro como la menos atractiva, son perfectos para este papel. Es ella quien trata de sostener la película, hasta donde el guión y la dirección se lo permiten. Sin embargo termina siendo insuficiente. Al igual que el desenlace de la historia, los personajes terminan siendo artificiales, sobre ejecutados, caricaturescos, simples y, en ocasiones, francamente irritantes. Sus acciones terminan desarrollándose por una dinámica primaria y, en últimas, insulsa. Ni siquiera el haber incluido un inmejorable cartel de co-estrellas lo rescata. Meryl Streep, James Spader y la prometedora protagonista de True Grit, Hailee Steinfeld, terminan perdiéndose en una breve intrascendencia. Si la intención de Jones de cuestionar el western desde una perspectiva más «feminista» se logra o no, pasa a un segundo plano ante los vacíos que deja el resultado como un todo. Los que disfrutamos un buen western tendremos, por ahora, que seguir esperando.
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